En un tema posterior se estudiarán las sucesiones matemáticas, siendo una de las más interesantes la llamada sucesión de Fibonacci, debida a Leonardo de Pisa, matemático italiano del siglo XIII también conocido como Fibonacci.
Esta sucesión tiene numerosas aplicaciones en ciencias de la computación, matemáticas y teoría de juegos, pero uno de sus aspectos más curiosos es su relación con la naturaleza, ya que los números de Fibonacci se encuentran en la disposición de las espirales que se pueden observar en las flores de los girasoles. Dependiendo de los casos, presentan 21 en un sentido, y 34 en el contrario. 55 y 89, o bien, 89 en uno y 144 espirales en el contrario… Por su parte, le sucede lo mismo a cualquier tipo de piña que presenta las siguientes espirales: 8 y 13; o 5 y 8. También se puede encontrar en la disposición de las semillas de las margaritas, y entre la cantidad de abejas macho y hembras de una colmena, o en el dibujo de la concha de nautilus. El crecimiento de las hojas en un tallo sigue el patrón recogido por el ilustre italiano.
Para comprobarlo, podéis ver el siguiente vídeo:
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